viernes, 20 de marzo de 2015

11. Resumen texto "Acción y manejo de situaciones"

En este texto se comienza expresando la dificultad que tienen las personas de solicitar ayuda a los demás cuando lo necesitan puesto que en muchas ocasiones se considera que las personas que piden ayuda son más débiles e incapaces de actuar por sí mismos. Sin embargo, puede ocurrir que no conozcan suficientemente las estrategias y técnicas necesarias para abordar ese problema ni las capacidades personales que pueden utilizar para resolverlos.
Uno de los aspectos que tenemos que tener en cuenta en la persona es la autoestima, la cual se ha desarrollado a partir de las relaciones mantenidas con personas de su entorno y de las circunstancias propias de él. Es primordial que una persona tenga una imagen positiva en sí misma para manejar determinadas situaciones y tener éxito en las metas que se proponga.
Se plantea que para llevar a cabo unos objetivos, es importante tener en cuenta el “qué quiero conseguir”, “cómo quiero hacerlo” y “por qué debo hacer esas cosas para conseguir lo que me propongo” para que sepan con claridad el problema que tienen y los caminos que nos llevan a lograrlo.
En cuanto al pensamiento creativo, entendiendo éste por la habilidad de un individuo para desarrollar todo su potencial, es necesario también trabajarlo puesto que afecta significativamente a la capacidad de abordar los distintos problemas, de identificar maneras de resolverlo así como de avanzar en el propio crecimiento personal. Entre las formas de pensamiento creativo está la visualización (imaginarse consiguiendo lo que quería), identificar los recursos que tienen a su alcance para conseguirlos (como personas que le puedan ayudar en su cambio), comenzar por cambiar nuestros problemas antes que los de los demás o fijarse en cómo pueden repercutir nuestras acciones en los demás.

En cuanto a las técnicas de manejo de situaciones, se destacan algunas en el texto como la realización de contratos para fijar metas, comprometerse a ellas y prepararse antes de llevar a cabo planes de acción; el desarrollo de nuevas habilidades; darles apoyo y estimulación sin necesidad de aconsejarles para que sean ellos mismos los que decidan las acciones que quieren llevar a cabo y no se crea una situación de dependencia, evitando con esto el desarrollo de emociones conflictivas al final del proceso terapéutico.
Se destaca el hecho de que siempre el cliente es la persona que tiene que darse una respuesta sobre el problema que está planteando, ya que el terapeuta no debe influir de una manera significativa con sus opiniones sobre la otra persona, abusando del poder que se le está otorgando.
Por último, es muy importante que el orientador tenga en cuenta qué clase de ayuda es mejor para el cliente y dónde se le va a poder ayudar mejor de acuerdo al problema que se quiere tratar. Con esto se alude a la consciencia del propio orientador sobre sus limitaciones.



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