
Tras haber leído la historia se plantean una serie de preguntas tales como:
1. ¿Qué te sugiere esta fábula en relación a la orientación personal?
Lo que me sugiere la fábula tiene una relación muy
significativa con la orientación personal ya que se necesita tiempo y
dedicación para llegar a conocer a una persona en su totalidad.
Muchas personas no se llegan a mostrar tal y como son desde
el principio, por lo que a la hora de tratar de conocer a la persona que
solicita orientación, no se puede proceder de una manera brusca ni hacer que la
persona se sienta intimidada porque la relación de ayuda se verá perjudicada y
no se obtendrán buenos resultados.
Considero que hay que generar las condiciones apropiadas para
llevar una buena relación de ayuda con la persona que requiere de
asesoramiento, y entre esas condiciones se encuentra la de crear un clima
adecuado en el que se muestre confianza y empatía a la otra persona. Con esto
se va a facilitar que la persona no se sienta incómoda y exprese lo que de
verdad siente en cada momento.
También considero que el orientador, a pesar del sentimiento
de impotencia que puede sentir porque la otra persona no llega a compartir sus
sentimientos o sensaciones con él, tiene que respetar el ritmo que tiene esa
persona y no forzarla. Esto se relaciona con la aceptación incondicional que
debe aparecer en cualquier relación de ayuda.
Por otro lado, es necesario tener un conocimiento sobre
técnicas o estrategias necesarias para tratar a la persona, saber qué decirla y
en qué momento es más apropiado. Es decir, saber guiar la relación de ayuda con
tal de que se desarrolle de manera adecuada. Considero que esto se va
conociendo y adquiriendo con la experiencia, por lo que solicitar ayuda y
aprender de otros es muy positivo
2. Haz una lista de los que consideras los principales “cierra-ostras” en la
comunicación.
-Falta de conocimiento sobre cómo tratar a la persona
-No crear un clima adecuado para que la persona se exprese
con facilidad.
-No respetar ni aceptar el ritmo que tiene esa persona.
-Falta de empatía sobre por qué la persona no se llega a
mostrar cómo es o expresar lo que realmente le preocupa.
-No ser transparente con esa persona ni mostrarla confianza.
-Querer que la relación de ayuda sea rápida, forzando a que la
otra persona exprese lo que siente de inmediato. Proceder de forma brusca.
3. Escribe también los principales llaves para abrir la comunicación, o
siguiendo la fábula, los “abre-ostras”.
-Disposición a escuchar e interés por conseguir que la
persona exprese sus sensaciones y sentimientos.
-Actitud positiva ante la otra persona, mirando a los ojos
del que hablo y haciendo gestos que demuestran que está escuchando.
-Mostrar tranquilidad
-El orientador debe ser congruente, es decir, honesto en lo
que respecta a sus sentimientos y estar dispuesto a comunicarlos para hacer que
la relación de ayuda sea adecuada.
-Ser transparente con la otra persona mostrando confianza.
-Crear un clima adecuado, en el que se exprese a la persona
que tiene el tiempo que necesite para expresar lo que siente y para mostrarse
tal y como es.
-Empatía y aceptación por parte del orientador, respetando y
no juzgando a la persona que solicita asesoramiento.
-Conocimiento
acerca de cómo tratar a las personas, qué decirlas y conocer el momento
apropiado para ello (Diseñar plan de acción)
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